Janet

Desde el principio me he sentido cuidada

Después de 14 años trabajando en ingeniería aeroespacial, decidí cambiar a la biomedicina porque quería utilizar mis conocimientos técnicos para marcar una diferencia real en la vida de las personas. En un principio, Hollister me atrajo por su enfoque en las personas, primero a través de sus productos y servicios, y por ser una empresa propiedad de los empleados. Me animó el énfasis en la excelencia en ingeniería y el lema de John Dickinson Schneider de que "solo la primera clase es lo suficientemente buena". Una vez que empecé, tuve claro que Hollister era un lugar de trabajo acogedor, donde se valoran y fomentan las diferentes perspectivas y se apoya la conciliación familiar, ya que mi trabajo más importante es ser madre de tres niños pequeños.

Las operaciones aquí son rápidas y exigentes, pero mi gerente y el equipo de liderazgo siempre han encontrado tiempo para ayudarme a aprender y asegurarse de que triunfe. Supe rápidamente que aquí podía dar lo mejor de mí. Hollister es un gran lugar para desarrollar una carrera técnica, tanto si te interesa la investigación y el desarrollo como el diseño o la fabricación de productos. El nivel de innovación y desarrollo de la tecnología de fabricación aquí es impresionante y las oportunidades en los campos STEM son infinitas.

Los principios inmutables también me inspiran, en particular la custodia. A diferencia de la industria aeroespacial, que se centra en el control de los costes, Hollister toma decisiones basadas en el largo plazo y en lo que es mejor para el cliente y no en la cuenta de resultados. Lo veo en mis compañeros todos los días cuando nos esforzamos por fabricar los mejores productos que podemos y las inversiones de la empresa en futuros productos y tecnologías para servir mejor a nuestros clientes.

Finalmente, Hollister me dio más que un trabajo; me dio una comunidad. Cuando me trasladé a Ballina, la pandemia llegó dos días después de que empezara. Fui una de las pocas personas que se quedó en el lugar para ayudar a que las operaciones de la planta fueran seguras, pero la pandemia hizo más difícil establecer conexiones sociales. Así que mis compañeros me ayudaron a conectarme de la manera que pude. Me uní al equipo de biodiversidad y suelo nadar en el mar y correr con mis compañeros durante el almuerzo. He hecho amistades de verdad por el camino. Desde el principio, me he sentido cuidada.

Hacemos la vida más gratificante y digna